sábado, 2 de febrero de 2019

QUE FALTA DE HUMANIDAD


Ayer estaba recordando la tercera vez en la que recibí un enorme milagro por parte de mi amadisimo Dios del cielo, y no puedo dejar de agradecerle inmensamente por haberme elegido a mi para recibirlo.

Como les estaba contando, ingresé a la sala de urgencias del Hospital San Vicente en mi ciudad natal, en realidad no me sentía tan mal, me faltaba el aire y estaba mareada, pero nunca me imaginé que mi condición fuera tan grave.

De pronto me vi rodeada por muchos médicos, jóvenes practicantes y ancianos muy experimentados. Hablaban a cerca de mi corazón, que no trabajaba como debía, que tenían que dejarme internada para examinarme.

Cuando uno de los doctores se acercó a mi para decirme que mi estado era muy grave y que tenían que comenzar de inmediato a tomarme muestras de sangre, yo no lo podía creer. Pero me quedé tranquila, que mas podía hacer. Ademas, un poco de descanso no me haría ningún daño.

Me trajeron una enorme bata blanca y me hicieron poner todas mis pertenencias en una bolsa plástica que dejé descuidadamente bajo la camilla en la que me acostaron.

Todo parecía como de mentiras, de repente aparecieron varias enfermeras, que pusieron una mascara de oxigeno sobre mi rostro y venoclisis en mis manos. Luego colocaron cables por todo mi cuerpo y me conectaron a un monitor que tenia un sonido agudo que nunca se apagaba.

A medida que pasaba el tiempo, mi salud se deterioraba, me dolía el cerebro, y el mareo acrecentaba. Cada media hora llegaba una enfermera distinta que con una pequeña jeringa inyectaba mi estomago. Dos dias en el hospital y ya los morados no cabían en mi cuerpo.

No le pude avisar a mi familia porque no podía levantarme para llamarlos por teléfono, pero ellos tampoco se habían preocupado por saber a donde estaba yo. Como era fin de semana, me imagino que creyeron que me había ido de fiesta. Algunas veces lo hacia, pero nunca sin permiso. Sin embargo, todas esas cosas pasaban a un segundo plano.

Ni siquiera me preocupaba el hecho de que mi familia no hubiera aparecido, lo único que quería era mejorarme y salir de aquel encierro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

SEND YOUR COMMENTS