HOJA No. 22

Lo siento señorita, pero necesito la habitación. Usted solo me pago tres día y el tiempo se acabó.

Podría por favor dejarme un día mas?, mañana me pagan otra vez en el restaurante.

No señora, esta no es casa de caridad, váyase de una vez.

Pero al menos déjeme entrar a recoger mis pertenencias.

Lo siento, esas se quedan como garantía de que me va a pagar las horas que debe y los servicios de agua y luz que consumió los dias que estuvo.

Pero no tengo a donde ir.

Ese no es mi problema, lárguese de una vez.

Oh mi Dios amado, otra vez en la calle, ayúdame por favor, no me abandones, iré de nuevo a la Iglesia, me da mucho miedo quedarme afuera.

Hola Yan como estas?

Que haces caminando sola a esta hora de la noche. 

Me echaron de la pensión donde estaba, estoy buscando donde dormir?

Quieres ir conmigo a mi casa?

Oh no, no te preocupes, me las arreglaré.

Entiendo, desconfías de mi. Está bien. Supe que te fue muy bien en la oficina de mi jefe.

Si, gracias a Dios, ahora camino tranquila por estas calles sin miedo de la policía.

Jaja, entiendo, me alegra mucho. Creí que pasarías a saludarme cuando fueras a las oficinas de inmigración.

Disculpa, no quise molestarte en tu trabajo.

No es ninguna molestia. Cuando es tu día libre en el trabajo.

Mañana.

Ok, te gustaria que saliéramos a dar la vuelta.

Claro que si, me encantaría.

Listo, nos vemos mañana en el parque de siempre. Cuídate mucho.

Tu igual, gracias por todo.

Gracias Dios de mi vida, por permitir que el sacerdote me diera permiso para dormir una vez mas dentro de su iglesia. Te amo con todo mi corazón, gracias por el enorme milagro que me hiciste, abriendo las puertas de este país para mi.