HOJA No. 15

Oh Dios mio bendito, gracias por ayudarme a estar en inmigración en el momento en que, vencida por el cansancio, me desmayé. Voy a aprovechar este tiempo en el hospital para descansar y dormir. Y gracias mi Dios amado, porque ya me dieron de comer. Son muchos milagros juntos los que hiciste para mi, dios de mi vida, no se como voy a pagarte. Te amo muchísimo, Dios de mi vida.

Buenos dias, mi nombre es Joshua, asistente del oficial de inmigración, vine a ver como sigue y a comunicarle que ya puede presentarse ante mi jefe.

Muchas gracias, me siento mejor, parece que dormí una eternidad, en verdad lo necesitaba.

Ok, me alegra. Vístase, la espero afuera para llevarla a la oficina del cónsul.

Dígame señorita, porque quiere aplicar para asilo en este país?

No vengo a pedirle asilo, solo quiero que me permita quedarme en este país para vivir y trabajar. Soy una madre soltera, tengo tres hijos y una madre que mantener. En mi país no hay empleo y todos estamos pasando duros momentos de hambre y temor por terminar en las calles.

Pero, esas no son razones suficientes para permitir que se quede en mi país.

Lo se señor y lo respeto, pero la verdad es que yo venia entre un grupo que tenia planes de cruzar la frontera sin permiso. Unos maleantes nos secuestraron y estuvieron a punto de matarnos, ahora ya no puedo regresar porque escapamos y ellos nos amenazaron con matarnos. Ellos conocen donde vivo y temo por mi vida.

Pero sus intensiones de entrar sin permiso a mi país, es suficiente razón para deportar la de inmediato.

Por favor señor Cónsul, por amor a Dios no me deporte. Eso seria condenarme a mi a una muerte segura y condenar a mi familia a morirse de hambre. Por favor ayúdeme.

El hecho de que se presente ante mi y honestamente me diga la verdad de sus intensiones es un punto a su favor. Tengo que pensar. Le daré mi decisión en una semana, por el momento la voy a dejar quedarse aquí. Preséntese el próximo lunes aquí mismo y venga preparada por si mi decisión es negativa para usted. Ahora puede retirarse.

Dios lo bendiga señor cónsul, gracias por escucharme.

Dios de mi vida, he venido hasta aquí, una iglesia cercana para darte inmensas gracias por este nuevo milagro en mi vida. Gracias por permitirme quedarme aquí y gracias de nuevo por salvar mi vida.