Los meses pasaron y los niños se divertían de lo lindo junto a sus amigos. Una tarde, las familias salieron a caminar por la pradera, mientras los niños jugaban a la pelota, los padres se des atrasaban de los últimos chismes.
Yan sintió un leve dolor en su brazo izquierdo, pero no le presto atención, tal vez era que se había excedido lanzando le la pelota a Josesito. Era un balón de fútbol y pesaba mucho para una niña, pero ella no quería quedarse atrás, era la única mujer en un grupo de cuatro.
Tuvo que aprender a jugar juegos de niños, fútbol, canicas, y otros mas, le encantaba pasar el tiempo con sus amiguitos, en especial con Josesito. Ella lo quería demasiado.
Si Yan quería jugar a las muñecas, lo dejaba para cuando estuviera en casa, su mamá era su mejor amiga y la acompañaba en todas sus aventuras.
Pues como les contaba, ese día, los niños se divirtieron en grande. Cuando acabaron de jugar, fueron a comer helado y luego cada uno se retiró a la casa.
Yan seguía con el dolor en el brazo, un poco mas fuerte por cierto, tenia mucho calor y como su ropa se había ensuciado con la tierra de la calle le dijo a su mamá que le arreglara la tina porque iba a tomar un baño, no le dijo nada de su dolor porque no quería preocuparle ni tampoco que la regañara por estar jugando a la pelota, ella se lo había prohibido porque era un deporte muy rudo para una niña.
Yan se metió en la tina, de todas las cosa que hacia, bañarse en esa tina de agua caliente era una de sus preferidas. Ella cerraba sus ojos y comenzaba a imaginar que estaba dentro de las aguas termales de aquel lugar al que su madre la llevara el año inmediatamente anterior.
Yan nunca olvidaría esa cálida sensación, esas aguas calentitas, azulitas y transparentes que tanto le fascinaron. Cuando sus padres la premiaron con ese viaje por ser una niña estudiosa y aplicada. Que felices fueron esas dos semanas, porque también habían ido los padres de Josesito. Los niños estuvieron de acuerdo al afirmar que esos dias nunca los olvidarían.
Yan seguía jugando con el agua caliente de la tina, de repente, sintió de nuevo el dolor en el brazo izquierdo, pero esta vez, el dolor la dejo sin aliento, exclamó un grito desgarrador, para luego caer desmayada dentro de la bañera, llena de agua.
Amanda, a madre de Yan corrió hasta el baño para saber que pasaba con su hija, la encontró inconsciente dentro de la bañera a punto de ahogarse. De inmediato llamó a Jorge, su esposo y ambos salieron corriendo con la niña con destino al hospital mas cercano.
Esta historia continuará.....
Pues como les contaba, ese día, los niños se divirtieron en grande. Cuando acabaron de jugar, fueron a comer helado y luego cada uno se retiró a la casa.
Yan seguía con el dolor en el brazo, un poco mas fuerte por cierto, tenia mucho calor y como su ropa se había ensuciado con la tierra de la calle le dijo a su mamá que le arreglara la tina porque iba a tomar un baño, no le dijo nada de su dolor porque no quería preocuparle ni tampoco que la regañara por estar jugando a la pelota, ella se lo había prohibido porque era un deporte muy rudo para una niña.
Yan se metió en la tina, de todas las cosa que hacia, bañarse en esa tina de agua caliente era una de sus preferidas. Ella cerraba sus ojos y comenzaba a imaginar que estaba dentro de las aguas termales de aquel lugar al que su madre la llevara el año inmediatamente anterior.
Yan nunca olvidaría esa cálida sensación, esas aguas calentitas, azulitas y transparentes que tanto le fascinaron. Cuando sus padres la premiaron con ese viaje por ser una niña estudiosa y aplicada. Que felices fueron esas dos semanas, porque también habían ido los padres de Josesito. Los niños estuvieron de acuerdo al afirmar que esos dias nunca los olvidarían.
Yan seguía jugando con el agua caliente de la tina, de repente, sintió de nuevo el dolor en el brazo izquierdo, pero esta vez, el dolor la dejo sin aliento, exclamó un grito desgarrador, para luego caer desmayada dentro de la bañera, llena de agua.
Amanda, a madre de Yan corrió hasta el baño para saber que pasaba con su hija, la encontró inconsciente dentro de la bañera a punto de ahogarse. De inmediato llamó a Jorge, su esposo y ambos salieron corriendo con la niña con destino al hospital mas cercano.
Esta historia continuará.....
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
SEND YOUR COMMENTS