domingo, 21 de julio de 2019

SIN ESPERANZA ALGUNA


Tom era un hombre de 46 años de edad quien había sido diagnosticado con cáncer en los huesos dos años atrás. El estaba casado, pero su esposa, quien compartió con el 10 años, lo abandonó seis meses después de que le descubrieron el cáncer y se llevó consigo a sus dos gemelos.

La única persona que lo visitaba era su madre, pero como ya estaba muy anciana, solo venia al hospital de cuando en vez.

Los dias pasaban y Tom seguía internado en el hospital. Las primeras qui mio terapias las tuvo en su casa, pero como no había nadie quien lo cuidara, los médicos decidieron dejarlo internado para las siguientes.

Pero el tratamiento medico no estaba dando resultado y los médicos le dijeron a Tom que si las siguientes secciones de qui mio no le servían, iban a dejarlo ir a casa para que muriera en paz.

Tom, quien había sido un hombre fuerte toda su vida, se negaba a dejarse morir, pero se sentía demasiado triste porque todos sus amigos y las personas que decían quererlo lo habían abandonado.

Apenas si podía creer que todas esas personas que se decían sus amigos, sus dos hermanos y su hermana menor, su esposa y sus hijos hubieran salido corriendo en cuanto se enteraron que estaba enfermo. Y como fue que se quedó tan solo si siempre hizo todo para satisfacer a los demás.

Se puso a llorar, la soledad lo consumía, no quería morir así con esos terribles dolores y sobre todo sin nadie a su lado que le tendiera una mano. Pero de todas las ausencias, lo que mas le dolía era no poder ver, abrasar, besar a sus dos pequeños, lo único realmente bueno que le quedaba de su matrimonio con Erika.

Esta historia continuará.....

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