sábado, 20 de julio de 2019

RECIBIENDO EL MILAGRO



Yan llevaba mas de un mes recibiendo el tratamiento, pero nada parecía cambiar, ella aun se sentía mal. Al día siguiente sus padres la llevarían al hospital en donde lo mas seguro seria la dejarían internada para operarla. 

Yan escuchó a sus padres llorar en su habitación antes de irse a la cama. La niña se sintió muy triste y también lloró. Pero antes de dormir, Yan se arrodilló ante la imagen del señor Jesucristo que su madre le regalara para su cuarto cumpleaños. Ella siempre rezaba en las noches antes de dormir.

Pero esa noche, Yan no quería rezar, solo quería hablar con Dios. Habia escuchado que el escuchaba a los niños y que os dejaba acercarse. Yan le dijo a Dios con una devoción difícil de encontrar en los seres humanos que por favor le ayudara, que ella no tenia miedo de la cirugía, tampoco de la muerte, porque sabia que cuando se muriera el la estaría esperando para abrazarla y cuidarla.

Ella solo sentía mucho el sufrimiento de sus padres, la amaban mucho y Yan sabia que si algo malo le pasaba, ellos no soportarían el dolor de perderla. Así que le rogó al Dios del cielo, en medio del llanto inocente de una niña de cinco años que, si esa era su santísima voluntad, por favor la salvara. 

Le rogó que cuidara y reparara por completo su corazón para que no tuvieran que operarla y que le diera muchos años de vida para poder devolverle a sus padres todo el amor que recibía de ellos.

Le dijo a Dios que ella lo amaba con todo su corazón y que ella sabia que el era su único y verdadero padre, pero que le ayudara a conservar a las personas que el había elegido para acompañarla en el mundo humano.

Luego de rezar, se acostó a dormir, completamente tranquila y en calma.

Al día siguiente sus padres la llevaron a la clínica para su revisión, con el dolor en el alma de saber que Yan se iba a quedar internada. Pero, cual no seria su sorpresa cuando el medico les dijo que la niña estaba completamente curada. Que parecía que nunca hubiera padecido de nada. 

También les dijeron que solo un milagro de Dios pudo lograr eso, porque los medicamentos que le recetaron era solo para sostenerla no para curarla.

Los padres de Yan y la niña regresaron a casa felices con la gran noticia y llamaron a los padres de Josesito para que todos celebraran en familia y Yan se arrodilló de nuevo en frente de Dios para darle gracias por amarla tanto.

FIN

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