Lo que todos temíamos, el malvado finalmente alcanzo a Josesito, lo tomo por el cuello y lo arrastro por todo el camino. Ese mocoso no se le escaparía fácil, pensó satisfecho.
Josesito forcejeaba por soltarse, pero era menos fuerte y con menos energía que el hombre malo. Todo parecía estar completamente perdido para el. Le rezaba a Dios en voz alta, invocaba su nombre, le pedía a gritos "Por favor sálvame señor, perdoname, ven a mi rescate.
El hombre se burlaba de el, le decía que nadie lo salvaría, que esos bosques eran muy solitarios, que ya se había robado muchos niños en el pasado y que nadie lo había descubierto. Que dejara de gritar, porque nadie vendría en su auxilio.
Pero Josesito creía en Dios, su madre le había enseñado, el tenia mucha fe y a pesar del peligro que estaba corriendo el sabia que Dios pronto vendría en su auxilio.
El malvado comenzó a apretar el cuello de Josesito, queria hacerlo callar. No quería escuchar sus gritos, solo llevarlo a la casa para poder entregarlo con todos los demás a los compradores de niños que estaban por llegar.
Esta historia continuará....
El malvado comenzó a apretar el cuello de Josesito, queria hacerlo callar. No quería escuchar sus gritos, solo llevarlo a la casa para poder entregarlo con todos los demás a los compradores de niños que estaban por llegar.
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