Como les prometí en el día de ayer, debo contarles los pormenores para que puedan entender la grandeza de este nuevo milagro en mi vida.
Esta es una historia real, no es un invento o algo sacado de un libro de cuentos, tengo cincuenta y cuatro años. Desde que tenia 18 años me descubrieron una patología en mi corazón. Lo que llamamos el marca pasos natural, lo que permite que nuestro corazón haga tic tac, no trabajaba correctamente.
Hasta el momento no se cual fue la razón para esa condición, pero yo supongo que fue que yo no cuide de mi salud como debía cuando era joven e inexperta. Pero ese no es el tema aquí.
Como les decía, cuando yo tenia 18 años, recibí de las sagradas manos de Dios el primer gran milagro que recuerdo, obviamente después de tener su inmenso amor y de tener la dicha de llamarme hija suya al nacer.
Mi corazón fallo y Dios lo reparó, regalándome el primer marca pasos que corrigió lo que estaba mal. Pero en esa época, yo no fui consciente de la enorme grandeza de ese milagro, de lo maravillosamente benévolo que fue mi Diosito adorado conmigo y ni siquiera le agradecí lo suficiente.
Esta es una historia real, no es un invento o algo sacado de un libro de cuentos, tengo cincuenta y cuatro años. Desde que tenia 18 años me descubrieron una patología en mi corazón. Lo que llamamos el marca pasos natural, lo que permite que nuestro corazón haga tic tac, no trabajaba correctamente.
Hasta el momento no se cual fue la razón para esa condición, pero yo supongo que fue que yo no cuide de mi salud como debía cuando era joven e inexperta. Pero ese no es el tema aquí.
Como les decía, cuando yo tenia 18 años, recibí de las sagradas manos de Dios el primer gran milagro que recuerdo, obviamente después de tener su inmenso amor y de tener la dicha de llamarme hija suya al nacer.
Mi corazón fallo y Dios lo reparó, regalándome el primer marca pasos que corrigió lo que estaba mal. Pero en esa época, yo no fui consciente de la enorme grandeza de ese milagro, de lo maravillosamente benévolo que fue mi Diosito adorado conmigo y ni siquiera le agradecí lo suficiente.
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