Después de cinco horas en el quirófano, gracias a Dios, desperté, completamente renovada. Dios, en su infinita bondad me había dado una nueva oportunidad para vivir, había reparado mi corazón, se había enfrentado a un dolor intenso en mi lugar, para sacarme airosa del peligro que corría. Mi adorado padre celestial, me trajo de nuevo a este mundo para seguir siendo parte de el, pero lo mas importante, para vivir bendecida con su inmenso amor y su incondicional e inagotable protección.
Sentía mucho dolor, pero nunca antes fui tan feliz en mi vida. Por primera vez era realmente consciente de lo que acababa de suceder. Acababa de recibir una vez mas, proveniente de las sagradas manos de Dios, el maravilloso milagro de la vida.
Y no solo eso, estaba plena con la presencia de Dios dentro del corazón y con el alma henchida de dicha bendecida por su inmenso amor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
SEND YOUR COMMENTS