Corregir al que yerra significa, tratar, sin herir los sentimientos de los demás ni inmiscuirse demasiado en sus vidas, de corregir el camino de aquellas personas a quienes amamos y que vemos que van por el mal camino.
La misión del hombre en el mundo es única y exclusivamente la que Dios le ha encomendado y es a Dios y solo a Dios a quien le corresponde juzgar a la humanidad.
Pero debemos seguir las enseñanzas de Dios y no quedarnos callados cuando vemos que nuestros seres amados se van a equivocar demasiado.
Aconsejar y seguir los consejos de quienes saben mas que nosotros es demostrar la humildad que Dios nos dio a todos los seres humanos para poder vivir en comunidad.
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